Inspirando un amor a la lectura en tus hijos
Publicado el 10 June 2021
El éxito escolar de nuestros hijos depende en gran medida en su capacidad de leer libros; pero no sólo en la habilidad técnica, sino en su disfrutar el proceso mismo de leer.
Primero, ellos aprenden a disfrutar la lectura viendo a sus padres hacer lo propio. Como en todas las cosas, no es suficiente alentarlos a leer; uno debe modelar el hábito de la lectura. Una manera de hacer esto es:
- Léales historias cortas antes de la oración familiar cada noche al ir a dormir. Es aquí donde se dará cuenta del tipo de libros que disfrutan más.
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Compre libros similares a los favoritos de sus hijos, y en las tardes, después de la escuela y las tareas, decrete un “tiempo de lectura” para toda la familia. Cada miembro de la familia tendrá un libro que leerán en silencio durante 10 minutos.
Al principio será un poco difícil que los niños se concentren, pero poco a poco los 10 minutos no serán suficientes, y ellos, voluntariamente, leerán un poco más.
No se preocupe mucho si leen el mismo libro más de una vez. Note el tipo de libro y cómpreles otro de la misma serie para que lo disfruten.
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A veces, para que avancen en el tipo de material que leen, un incentivo será necesario. Es decir, algunos niños querrán leer los cuentos para niños pequeños todo el tiempo; debemos alentarles a leer libros un poco más avanzados, dependiendo del grado de escuela en el que estén.
Puede que la oferta de una recompensa sea necesaria. “Cuando termines de leer este libro, tu recompensa será…” Usted conoce a sus hijos y sabrá cuál aliciente funcionará con ellos (pizza, helado o nieve, una tarde de patinaje en hielo, una visita al zoológico, etc.)
- Asegúrese de que realmente están leyendo. Pida que le cuenten lo que sucedió en el capítulo(s) que leyeron, y muéstrese muy interesado en la historia. Haga preguntas al respecto: “¿Por qué estaba llorando la niña? ¿Qué tipo de perrito era? ¿Qué se llamaba su mamá? Etc.
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Reafirme constantemente que les gusta leer y que son buenos para la lectura. “Qué bueno que te gusta leer tanto…” Hablando con su cónyuge: “Nuestra niña es muy buena para leer, creo que lee mejor que yo a su edad”; etc. Poco a poco, esta convicción se convertirá en propia de ellos, y se convertirán en verdaderos lectores, ejercitando lo ilimitado de su imaginación mientras se adentran en mundos fantásticos de aventura y aprendizaje.
Déjeme terminar este corto artículo recordándole de que la lectura también será de bendición para la vida espiritual de sus hijos. De vez en cuando, sería bueno que el “libro” que todos leen sea sus Biblias; por supuesto, cada una para la edad apropiada de sus hijos.
En mi caso, mi niño de 4 años tendrá su libro de Historias Bíblicas, mi niña de 10 años leerá su Biblia personal (en una versión más accesible para su edad), mamá y papá leerán sus Biblias también.
No creo que haya mejor hábito que podamos inculcarles, que les ayude tanto en su vida espiritual y educacional.